El FMI ha recurrido a varias agencias de comunicación para que mejoren su imagen en África, Asia y América Latina.
La institución depende de los fondos que aportan los países miembros, que se han reducido en 100 millones de dólares (cerca de 68 millones de euros) en el último año. Ante esta situación el FMI se ha aplicado sus propias recetas y ha ofrecido bajas incentivadas para deshacerse de 380 trabajadores.
El Fondo no ha terminado de concretar el presupuesto, pero aseguran que estará entre 1 y 1'35 millones de euros. El portavoz del FMI, Masood Ahmed, afirmó ayer que "el coste está más que cubierto por los ahorros que estamos realizando" y defiende la contratación de agencias como una forma "de salir de Washington" (sede de la institución, acusada a menudo de perder el contacto con la realidad) y como un "compromiso para intentar mejorar la manera en que respondemos a las preocupaciones y críticas".
Les virtuts no se compren ni se poden simular, i les vergonyes, no son tan fàcils d'amagar...
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