“Las tensas negociaciones que en julio de 1981 mantuvieron el Gobierno de Costa Rica y los enviados del FMI [Fondo Monetario Internacional] empehttp://www.blogger.com/img/blank.gifñados en sus teorías de ajuste a costa de disminuir el gasto público y de subir los impuestos. La receta del FMI era terrible: reducir hospitales, despedir funcionarios, cerrar colegios… La respuesta de Carazo, firme: ‘Usted cumple órdenes y le habla al presidente de Costa Rica como si fuese un subalterno del presidente del FMI, cosa que la dignidad de mi pueblo no me permite aceptarle. Lo único que cerraré será la puerta de este país para usted y para la entidad que usted representa’. Así se gestó la expulsión de Costa Rica de la delegación del Fondo, algo impensable para la época”.
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